Kick off

Mi nombre es Juan, tengo 30 años y fui uno de los primeros expulsados de la Matrix Corporativa por la crisis versión 2008.

Es la primera vez que me despiden de un trabajo y como toda primera vez... duele.

Para aquellos que nunca pasaron por esto, les cuento que es una experiencia muy rara, extraña por donde se la mire. Algunos creen que es el fin del mundo, otros creen que es estar muerto en vida.

Yo creo que es el momento para pensar… y hacer todo aquello que nunca me animé o no podía hacer por falta de tiempo.

Por eso creé este espacio, un lugar para expresarme, intercambiar ideas y por sobre todas las cosas, poner un toque de humor a un momento de mierda.

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martes, 3 de marzo de 2009

¿Un mal necesario?

La nota de hoy la vengo pensando desde hace mucho tiempo. Quizás haya sido la primera que pensé pero por miedo a represalias o bien porque tenía demasiado material, fui relegando su publicación hasta hoy.

El tema de hoy, si esto fuera un debate universitario, podría titularse así: “Consultoras de RRHH, ¿un mal necesario?”. Antes de comenzar a explicar las razones que me llevan a escribir esto, voy a alterar el orden normal de una nota y comenzar por la conclusión. Yo considero que las consultoras son necesarias pero como en todos los rubros existen algunas buenas, otras regulares y otras que es mejor evitarlas.

- A lo largo de mi carrera profesional he tenido una cantidad importante de entrevistas en consultoras de RRHH, siendo muchas de éstas dignas de ser contadas. También tengo amigos que han pasado por experiencias raras al ser entrevistados y también voy a contar sus vivencias. Paso a detallarles:
Recepcionistadora o entreviscionista: lo que les voy a contar no me ocurrió a mí sino a un amigo mío. Un día del invierno pasado, éste tenía agendada una entrevista con el dueño de una consultora pero por un problema de comunicación entre la recepcionista que hacía las veces de secretaria de éste y su jefe, dicho encuentro nunca existió. Al llegar mi amigo al lugar, se anunció en la recepción y esperó ser atendido. Cuando la persona que lo recibió comunicó su llegada a su jefe, éste le respondió en forma vehemente: ¿qué entrevista?, yo no tengo ninguna entrevista con nadie, ya terminé por hoy. Por supuesto que mi amigo escuchó todo y se sorprendió cuando la recepcionista quiso disimular los gritos de su jefe e hizo pasar al candidato para ser entrevistado por ELLA! Seguramente podremos hablar de falta de profesionalismo pero sin duda, esa chica tenía actitud.

- Una reclutadora de raza aria: esto si me ocurrió a mí y aunque parezca gracioso, es muy triste. En septiembre del año pasado, cuando mi futuro profesional comenzaba a oscurecerse, tuve la oportunidad de entrevistarme con la dueña de una consultora de RRHH. Luego de esperar poco más de media hora, una joven rubia y de ojos claros se presentó y me invitó a pasar a su oficina. Luego de casi una hora en lo que a mi entender había sido una muy buena entrevista, la reclutadora, como se dice en la jerga, “mostró la hilacha”. Cuando ya estábamos cerrando el encuentro me dice: sos el perfil que estábamos buscando, por experiencia, conocimientos y por tu aspecto! Cuando yo la miro sin entender demasiado qué quiso decir con “tu aspecto”, la blonda remató: las empresas siempre buscan “gente bien”, y los dos sabemos que ser rubio y de ojos claros tiene sus ventajas. En ese momento estuve a punto de pararme, extender mi mano y gritar: Heil, recruiter!

Continuará…

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