Kick off

Mi nombre es Juan, tengo 30 años y fui uno de los primeros expulsados de la Matrix Corporativa por la crisis versión 2008.

Es la primera vez que me despiden de un trabajo y como toda primera vez... duele.

Para aquellos que nunca pasaron por esto, les cuento que es una experiencia muy rara, extraña por donde se la mire. Algunos creen que es el fin del mundo, otros creen que es estar muerto en vida.

Yo creo que es el momento para pensar… y hacer todo aquello que nunca me animé o no podía hacer por falta de tiempo.

Por eso creé este espacio, un lugar para expresarme, intercambiar ideas y por sobre todas las cosas, poner un toque de humor a un momento de mierda.

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martes, 27 de enero de 2009

Rescatate, worker

Como todo grupo social que uno integra, el trabajo es un lugar donde se entablan relaciones. Surgen amistades, odios, noviazgos, chupadas de culo (NO literalmente), chupadas de otras cosas (SÍ literalmente), entre otras.

Por conformar los trabajadores un grupo social hecho y derecho, el vocabulario que se emplea en dicho lugar cambia con el tiempo. Ya sea por moda, a veces por imposición o vaya a saber uno por qué, de tantas mutaciones que sufre el vocabulario, termina siendo, justamente eso, un mutante.

Particularmente a eso me voy a referir hoy, a aquellas frases que son cotidianas en algunos trabajos y que a mi entender son terribles. Anoten:

- “¿Qué hacés, querido?”: también se conoce su versión spanglish “qué hacés, man”. Les voy a ser sincero, no me gusta nada esta forma de saludar porque me suena falsa y soberbia. Además, es una pregunta que casi nadie contesta y los pocos que lo hacen responden “bien, “y vos?” pero nadie responde qué está haciendo. Por último, varias veces me la han hecho en un baño mientras estaba a punto de orinar. Juro que alguna vez estuve tentado de contestar “pensando en tu vieja, boludo”.

- “Estoy al horno”: también conocida como “estoy en el horno”, entiendo que es una derivación de aquella otra “me cocinaron” pero al revés que ésta, la primera anticipa un final poco feliz. Por mí, dejen la cocina y el horno en su lugar y aprendan a hablar, brutos!

- “Dame un par de minutos”: no sé si ustedes tuvieron el mismo plan educativo que tuve yo pero cuando hice la primaria, un par era equivalente a 2 unidades, por lo tanto, quisiera saber en qué momento se indexaron las 2 unidades y pasaron a ser la cantidad que a uno más le conviene. Ah, y para aquellos que todavía no entendieron, les aclaro que “un par” NO es sinónimo de “varios”.

- “Estoy para atrás”: pienso esta frase una y otra vez y no sé de dónde puede haber surgido. Además, el significado de la frase me remite a muchas otras cosas menos para lo que realmente se usa.

- Abreviaturas en general: algunas de las más conocidas son “buen finde”, “saludos a la flia.”, “¿te compraste un depto.?”. No estoy en contra de utilizar abreviaturas, al contrario, creo que son necesarias al momento de escribir pero decir “depto.” en lugar de “departamento” no sé cuánto tiempo de su vida puede ahorrarles a aquellos que lo utilicen.

¿Tienen algo para agregar?

1 comentario:

Tinta Digital dijo...

Yo a la de "estoy en el horno", le sumaría como sinónimo de frase "estoy hasta las bolas".

Otra frase sería: "está en bolas" aplicable para cuando tiene que hablar o mostrar algo que no tiene idea.

Por último te dejo un apodo: "quemagorra", aplicable a ese ser que te martiriza y te quema la cabeza todos los días de tu vida laboral.

Abraxo